En esta época de calor, todos estamos expuestos a sufrir deshidratación. Deshidratación significa que el cuerpo no tiene tanta agua y líquidos como debiera y puede ser causada por la pérdida excesiva de líquidos, el consumo insuficiente de agua o líquidos, o una combinación de ambos. El vómito y la diarrea son las causas más comunes.
Debido a su peso corporal pequeño y las altas tasas de metabolismo para el agua y los electrolitos, los bebés y niños son más susceptibles. Así mismo, los ancianos y las personas con enfermedades están en un riesgo mayor de sufrir esta afección.
La deshidratación se clasifica en leve, moderada o severa. La deshidratación severa es una situación de emergencia potencialmente mortal.
1-Boca pegajosa o reseca
2-Disminución o ausencia de producción de orina; la orina concentrada aparece de color amarillo oscuro
3-Ausencia de producción de lágrimas
4-Ojos hundidos
5-Fontanelas (puntos blandos en la parte superior de la cabeza) bastante hundidas en el bebé
6-Estado letárgico o comatoso (con deshidratación severa)
Tomar líquidos generalmente es suficiente en casos de una deshidratación leve. Es mejor suministrar con frecuencia pequeñas cantidades de líquido, utilizando una cuchara o una jeringa, en vez de forzar al bebé o al niño a beber una cantidad grande de líquido de una sola vez, ya que esto puede producir más vómito.
Las soluciones de electrolitos son especialmente efectivas y están disponibles en las farmacias. Las bebidas para deportistas contienen mucho azúcar y pueden causar o empeorar la diarrea.
En los casos de deshidratación moderada a severa, puede ser necesaria la hospitalización del paciente y la administración de líquidos intravenosos.
Fuente: Clínica Madrid.
Fuente de la Infografia – Sub-Secretaria y Promoción de Salud